Sunday, 30 November 2014

Mofly

Desde niña me gustaron los animales. En casa hubo un tiempo en que parecía que vivíamos en un circo o una granja: dos curieles (que se convirtieron en siete), cuatro periquitos, un perro y, por supuesto, una gata. Era realmente un poco difícil mantener la concordia entre perro-gato-curiel ya que formaban algo así como eslabones consecutivos de la cadena alimenticia. Pero sobrevivieron todos (al menos por un tiempo).

De todos indiscutiblemente mi predilección era hacia los gatos. No hay un gato que en mis 35 años de vida me halla mordido...ni uno solo. Mi madre dice que tengo un don extraño para ellos y estoy al pensar que así es ya que gato que entre a mi casa se vuelve perro al extremo de seguirme a todas partes como un perrillo faldero. Es más, mi "don" es tal que un día hace unos 10 años, cruce la verja que me separaba de la jaula de un leopardo que se paseaba de un lado a otro para intentar acariciarlo a través de los barrotes. Y lo hice...pero lo maravilloso no fue eso sino que cuando el animal sintió mi mano en el costado, empezó a ronronear como un gatito y se echó patas arriba para que le acariciara la panza. Fue increíble!!!! Aunque cuando se lo conté a mi madre no le hizo ni gota de gracia.

De ahí que adonde quiera que vaya y vea a un gato, ya sea en una casa o en la calle...allí voy yo a acariciarlo. Ni siquiera los gatos de Roma se libraron de mi "hechizo".




Igual siempre he sido bastante temeraria en mis encuentros con la vida salvaje. Hace unos cuatro años, en una Feria Internacional del Libro, se me dio la oportunidad de cargar a una boa...y ni corta ni perezosa ahí fui yo a ponerme el bicho al cuello mientras mi acompañante ponía el grito en el cielo,jajajaja.


Por tanto no será sorpresa que una de mis vocaciones frustradas sea la de veterinaria.

Y a todas estas se estarán preguntando que qué tiene que ver esto con los koalas. No se preocupen que no me estoy llendo por la tangente, el seno ni el coseno. Es que una de las historias que marcaron mi vocación por los animales fue la de una serie española que se llamaba "Mofly, el último koala" y que me hacía clavarme a la silla, con seis años, y no reaccionar a ningún estímulo hasta que no acabara el capítulo.

Con esa serie lloré, reí y me desesperé por todas las viscicitudes por las que tenía que pasar el pobre animalito que tenía como amiga y protectora una niña con la que me encantaba identificarme. 

Después de esa serie vinieron la de las ardillas "Banner y Flapy", la de "David, el gnomo", "El juez Klaus" y tantas otras que trataban el tema de la protección y el amor a los animales pero para mí "Mofly" fue la que encendió la llama del interés y el amor por la vida salvaje.

Aquí les dejo el link a través del que pueden ver el video con el tema de esta serie. No se lo pierdan...es fantástica!!!

Ya ven como sí tenía que ver con los koalas aunque empezara por los gatos??







Thursday, 20 November 2014

De vinos a Roma!!!!

La palabra de esta semana me ha costado un poco. Jornada es un término muy amplio y cada idea que se me ocurría ya había sido tomada como la de La Jornada Ideológica Camilo-Che o las jornadas de vacunación. Pero la feliz coincidencia de una invitación por partes de mis amigas y mi cumpleaños me dieron el tema.

Mis amiga de Ecuador, Jessica, nos había invitado al resto de nosotras a una cata de vinos. Es algo que nunca había hecho antes y se me antojaba divertido. El día de dicha cata era ayer, 19 de noviembre y aunque no estaba muy animada porque la cercanía de mi cumpleaños (20 de noviembre) siempre tiende a deprimirme, me puse mi outfit de invierno y salí.

La cata era en un lugar llamado Instituto Cervantes, en un salón más bien pequeño e íntimo. Habríamos máximo 30 personas. Una mesa larga, copas, papas fritas, encurtidos, quesos y botellas de agua para enjuagar las copas tras cada degustación.



Se catarían 5 vinos, dos blancos y tres tintos. Allí nos enteramos lo que cambia el sabor según el tonel en que estén almacenados los "caldos" como les dicen en argot de la industria. Que hay vinos blancos afrutados preferidos por las mujeres y otros más secos y masculinos. Que teníamos que tener cuidado con el primero de los tintos que catamos pues si nos caía una gota en la ropa...la mancha no saldría.



También que, por muchas patatas y quesos y encurtidos, después de probar el cuarto vino ya estás más que entrando en calor y con una sensación de bienestar muy agradable. Fue una experiencia novedosa y muy divertida ya que era todo un show ver como a los hombres y mujeres muy blancos de tez se le subían los colores. Por suerte nosotras, latinas al fin, no tenemos ese problema y lo que si se nos puso una cara de felicidad de campeonato.



Fue la noche perfecta para esperar mi cumple..y una jornada muy bien aprovechada!!!!!

Como la de hoy, que comenzó con mi hijo felicitándome antes de ir al cole y dándome su postal y su regalo junto a mi esposo (aunque él me lo dio la noche antes..a las 12 y 1 minuto). Como dije antes me deprime un poco mi cumple lejos de mi madre y mis amigos de la infancia y el día de hoy no ayudaba pues amaneció con vientos de levante, lluvia y el cielo más plomizo hasta ahora. Pero es como dicen...la compañía lo hace todo, así que fui con mi esposo a almorzar a un bar de tapas y esperar a que mi niño saliera del cole y celebrar el cumple en familia.



Dulces, happy birthday en inglés y español y una tarde de celebración con mi hijo, esposo y familia más cercana, más hablar con mi madre han sido el colofón ideal de una jornada que auguraba depresión y tristeza...y el preludio de la de mañana...viajar con mi esposo a conocer Roma y seguir celebrando la jornada cumpleañera. Total...si la jornada Camilo-Che es todo un mes, quién dice que los 35 no se pueden celebrar durante cuatro días??. Al menos yo no...y me propongo demostrarlo.

Así que termino mi entrada y mis maletas, me siento en mi sofa con un buen vino blanco, jamón serrano y quesos y mi esposo al lado...y me despido de todos hasta el martes. La Citá Eterna me espera!!!!

Sunday, 16 November 2014

Soy siniestra....y nunca mejor dicho!!!!

El tema de esta semana me viene que ni pintado-fue lo primero que pensé ya que soy, de nacimiento, zurda. En mi familia contamos con unos cuantos zurdos...primos, mi tío por parte de mi madre, yo y, hasta ahora, mi hijo. Y es curioso...mi madre es derecha, su hermano zurdo y las hijas salimos cruzadas: mi prima diestra y yo siniestra.

Curiosa palabra "siniestra". Desde siempre se ha asociado esa palabra con lo oscuro, prohibido, pecamioso. Hasta hace unas décadas en Japón que la esposa escribiese con la izquierda era motivo suficiente para el divorcio. Profunda razón, verdad?? Durante la época de la Inquisición muchas mujeres y hombres fueron enviados a la hoguera solo por esa causa. Entre ellos la pobre Juana de Arco, a la que ser zurda no le vino precisamente bien a la hora del juicio. En las escuelas se obligaba a los niños a escribir con la derecha causándoles graves trastornos del habla entre otros. Por suerte cuando me llegó mi turno ya las tornas habían cambiado y pude desarrollar libremente mi "izquierdismo".

Y es que ser zurdo es como ser mellizo...o te gusta o lo odias. He conocido mellizos que detestaban el parecido y trataban de diferenciarse lo más posible y otros que lo adoraban y hacían todo por ser tan iguales como dos gotas de agua. Yo disfruto mucho ser zurda. De niña me encantaba como la gente se me quedaba mirando con cara de "qué bicho raro este", me divertía sentarme del lado derecho de la mesa para chocar con mi compañero y romper a reír los dos. Me hacía sentirme especial ir al revés del mundo y cuando supe más adelante que Miguel Ángel Buonarotti y Leonardo Da Vinci fueron zurdos casi casi que me sentía dentro de un grupo selecto.

Eso sí...que trabajos he pasado por lo mismo.Siempre sentándome a la izquierda de todos en los restaurantes, restregando mi mano fuertemente con jabón para limpiarme el grafito o la tinta luego de emborronar mi tarea por pasar por encima de lo escrito, aprender a escribir en un pizarrón sin hacerme un ocho y parecer que convulsiono...correr todas las mañanas cuando estudiaba en la universidad para ser la primera en entrar al aula ya que habíamos 7 zurdos y un solo pupitre a la izquierda ...y aguantar las eternas bromas de aquellos que dicen que la mano izquierda no sirve ni para limpiarse...ya saben qué. Porque además de siniestro, oscuro y perverso también la palabrita es sinónimo de torpe, al contrario de la queridísima diestra.  Solo hay que reparar en que cuando alguien amanece de malas es porque lo hizo con el pie izquierdo, si no tiene ni gota de ritmo para bailar es porque tienes "dos pies izquierdos" y si eres malo para algo es que eres "zurdo" en esa área. Qué irónico...aquellos que así hablan son cerebralmente  zurdos porque es el izquierdo el hemisferio que más utilizan. Cuando menos es una reivindicación natural.

Cuando mi hijo empezó a hacer pininos me di cuenta de que no era zurdo sino zurdísimo!!! Mucho más que yo!!! Cuando empezó a ir al Círculo Infantil ( o guardería para algunos) se lo dije a la encargada para que no lo forzara a utilizar más la otra mano y su respuesta fue: ya le diré yo si es o no mamá, no nos adelantemos" A la semana me tuvo que dar la razón. Ganas me dieron de decirle tres cosas. 

Ahí empezó otra batalla...la de la limpieza en las libretas cuando empezó a escribir, la de discutir con las maestras para que no le pusieran notas de "sucio" porque le pasaba por encima a lo escrito, porque se demoraba para escribir pues para borrar soltaba el lápiz y tomaba la goma con la izquierda. En fin...la batalla contra la derecha.

Eso me llevó a investigar y descubrí que hay hasta un Día Internacional del Zurdo, el 13 de agosto. Supuestamente ese día, en 1976, se instaura en el Reino Unido el Left-Handers Club de Londres. Aunque hay también otra historia de que se crea la Organización Internacional de los Zurdos en la ciudad de Topeca, en Kansas,un año antes. En fin...que el tema es que tenemos un día para nosotros

También me enteré que, según algunos estudios, los zurdos somos más creativos que los derechos. No sé si es verdad pero viendo esta lista me entran dudas:


  • Napoleón Bonaparte.
  • Miguel Ángel Buonarotti.
  • Leonardo Da Vinci.
  • Charles Chaplin.
  • Marilyn Monroe.
  • Bob Dylan.
  • Jimy Hendrix.
  • Paul MacCartney.
  • Phill Collins
  • Albert Einstein.
Y si nos vamos más lejos hasta Rammsés II y Alejandro Magno.

A que da que pensar??

De todas maneras aquí les dejo una foto de mi genio zurdo favorito:


Ya les dije...esta es una entrada escrita por una persona ORGULLOSAMENTE ZURDA!!!

Sunday, 9 November 2014

De historia a historia



 Vengo de una ciudad añeja. La Ciudad de La Habana es historia andante: cada esquina tiene una anécdota, un recuerdo...aquí cantó el Beny...allí caminaba el Caballero de París. Es una ciudad con alma, con espíritu propio. 

Desde chica mis paseos favoritos eran por el mal llamado "Casco Histórico" de la ciudad. Recorrer museos, escuchar a las guías de las visitas dirigidas, almorzar en una cafetería de la Plaza de Armas o la Plaza Vieja era para mí una delicia. Y eran esos paseos por la ciudad de mi niñez lo que más temí que extrañaría cuando vine a Europa a comenzar una vida nueva y totalmente distinta.

Pero saben...Gibraltar es también una ciudad con alma...no la misma...pero igual de poderosa. Aquí no se puede caminar dos pasos sin encontrar un edificio Patrimonio de la Humanidad...o una muralla del 1800 ubicada perfectamente entre la arquitectura moderna. Las puertas de entrada a la ciudad, a su plaza principal llamada Casemates son antiquísimas!!! Empotradas en las antiguas murallas es necesario pasar por debajo de sus arcos para acceder a la calle principal o Main Street. Esta calle es totalmente de adoquines y se pueden ver en ella comercios novedosísimos y casas de siglos de antigüedad.

Recuerdo que, recién llegada aquí y en plena añoranza de mi tierra, me iba a caminar a las playas (también históricas) que quedan cerca de mi casa y una de las cosas que más me gustaba era pasar andando los túneles de piedra y ver a mi derecha la bahía y a mi izquierda las antiguas murallas y troneras construidas en la misma roca del Peñón. Y poder ver delante de mí las montañas de África, tan cerca que casi parece que se pueden tocar.


Y es que hasta el nombre de Gibraltar es histórico ya que proviene del árabe Yabal Tariq ( o monte de Tariq) en memoria de un general de esa nacionalidad y refiriéndose al Peñón de Gibraltar conocido por los antiguos como  Mons Calpe...uno de los famosos Pilares de Hércules donde acababa el mundo. Porque Gibraltar, dada su posición estratégica de dominio del Estrecho del mismo nombre, siempre ha sido presa codiciada por todos. El Peñon está atravesado por decenas de millas de túneles donde, en la Segunda Guerra Mundial, había desde hospitales hasta panaderías...toda una ciudad dentro de la roca viva. Túneles que aún se pueden ver hoy...y visitar y maravillarse antes el esfuerzo titánico realizado para construirlos.


Subir al Peñón, ya sea en teleférico o andando, es un privilegio....uno de los favoritos para mi hijo y para mí. Desde su altura se puede ver un paisaje asombroso donde quiera que se mire, además de tener contacto directo con los macacos que andan sueltos por el monte y hasta en las instalaciones de los humanos, debido a una leyenda que cuenta que mientras estén los monos en el Peñón Gibraltar permanecerá siendo británico.



Y como esto es lo que quieren todos los gibraltareños ( o llanitos como se les conoce comúnmente) pues así están de cuidados los monos. Debido a este sentimiento de pertenencia, a esta determinación de ser británicos se celebra el 10 de septiembre el National Day, el aniversario del referendum donde los llanitos renunciaron a ser españoles y decidieron seguir siendo británicos. Ese día se llenan las calles de una explosión de rojo y blanco (los colores de la bandera de Gibraltar) en los comercios, en las banderolas, en la ropa de las personas y en los miles de globos que se sueltan al aire...exactamente uno por cada habitante de la ciudad. Es una día de fiesta de la mañana a la madrugada, de felicidad y de celebración por TODO  el lugar. Es sencillamente alucinante!!!!!!



Es Gibraltar una ciudad de contrastes donde la historia antigua se codea con la modernidad, donde una mezquita musulmana ( la más antigua de Europa) queda a 200 metros de una Iglesia Católica o de una sinagoga hebrea...donde se celebra lo mismo las Navidades que el Rammadam con el mismo respeto...donde te puedes encontrar esta imagen



o esta...



 Es una ciudad con alma, con garra, con gente que vive y sueña, con un sentido de pertenencia impresionante y un orgullo de ser llanito digno de admiración y respeto...es la ciudad en que me ha tocado vivir y que por suerte tiene esa mezcla de magia e historia que ha hecho que poco a poco me enamore apasionadamente de ella.

Tuesday, 28 October 2014

De fábula va la historia

 Los primeros recuerdos que tengo de la literatura, o al menos de algo parecido, son de mi abuelo. En mi más tierna infancia solía sentarme en sus rodillas y escucharle declamar versos de su Sancti Spíritus natal de tal manera que antes de empezar la escuela ya sabía yo unas cuantas de estas poesías, por lo que en las reuniones familiares era muy común verme recitando con toda la seriedad de un adulto con apenas 3 añitos.
Cuando empecé a estudiar mi mayor empeño fue el de aprender a leer, y rápido, ya que mi madre me compraba libros que me leía en las noches. Pero yo quería adentrarme por mí misma en ese mágico mundo y cuando lo hice ya no tuve vuelta atrás. 

Por suerte contaba con una familia en la que regalar libros era lo habitual así que desde muy temprano me leía lo mismo cuentos infantiles, que algo de historia, que una novela y, por supuesto, fábulas. Después de las de Esopo  y las de la Edad de Oro las que más me gustaban eran las de los cuentos rusos. El folcklore popular ruso es riquísimo en historias en las que los animales son protagonistas de diversas anécdotas y a mi francamente me encantaban. 

Por eso en el año 2010 cuando me enteré que la Feria Internacional del Libro de La Habana era dedicada a Rusia, me saqué una entrada permanente y me fui a buscar los libros de mi infancia entre la multitud de adultos y niños que acuden a este evento. No se me olvidará la cara de mi padre cuando me vio saltar hacia un libro de cuentos populares rusos y atraparlo como si fuera el más preciado tesoro. De hecho ese libro es uno de los pocos que me ha acompañado desde Cuba hasta aquí. 

 Otro libros se fueron agregando a mi colección de historias tales como Oros Viejos o Leyendas Americanas. Aunque no todo eran libros. Recuerdo con mucho cariño un progama llamado "El narrador de cuentos" que hacía que me clavase en la silla y no me moviese hasta que se acabara el capítulo. Era impresionante como sabían llevar a la pantalla el mundo de fantasía de las fábulas, las historias, los cuentos pasados de boca en boca como tradición oral. Era con mucho mi programa favorito y años más tarde, ya adulta, cuado lo retransmitieron me pasó exactamente lo mismo: inmovilizada frente al televisor hasta que acabara.

crédito de imagen readytogo.net

Décadas más tarde no fue una sorpresa que escogiera como profesión la enseñanza del Español y, sobre todo, de la Literatura que para mí es y será (y nunca mejor dicho) un mundo FABULOSO.


"El bollito redondito" Anónimo.

Eranse que se eran un viejo y una vieja. Un día el viejo dijo a la vieja: Anda mujer, arrebaña en la masera y rebusca en la panera, a ver si puedes recoger un poquito de harina para hacer un bollito.
Tomó la vieja una raedera, arrebañó en la masera, rebuscó en la panera y recogió dos puñaditos de harina. Mezcló la harina con la nata de leche y amasó un bollito redondito, lo doró en manteca calentita y lo puso a enfriar en la ventana.
El bollito se estuvo allí quietecito pero de pronto rodó de la ventana, cayó al banco, del banco al suelo y rodando rodando saltó el umbral, salió al zaguán, del zaguán al porche y del porche al corral, luego salió del corral por el portón y siguió rodando adelante adelante.
Iba el bollito rodando, rodando por el camino cuando se encontró con una liebre: Bollito, bollito, ahora mismo te como". "No me comas liebrecita y te cantaré una canción."

En la mesera me han arrebañado,
en la panera me han rebuscado,
con nata de leche me han amasado,
con manteca calentita me han dorado
y en la ventana me han enfriado.
Del abuelito me escapé,
de la abuelita me escapé,
y de ti liebre !claro que me escaparé!

Después de cantar el bollito se marchó rodando por el camino y..ojos que te vieron ir!!

Iba rodando, rodando el bollito y se encontró con un lobo: Bollito, bollito, ahora mismo te como!! "No me comas lobo gris, y te cantaré una canción".

En la mesera me han arrebañado,
en la panera me han rebuscado,
con nata de leche me han amasado,
con manteca calentita me han dorado
y en la ventana me han enfriado.
Del abuelito me escapé,
de la abuelita me escapé,
y de ti lobo !claro que me escaparé!

Se marchó rodando por el camino y ! ojos que te vieron ir!!.
Iba rodando, rodando el bollito y se encontró con un oso: Bollito, bollito, ahora mismo te como!! "!Pero qué me vas a comer patizambo!"

En la mesera me han arrebañado,
en la panera me han rebuscado,
con nata de leche me han amasado,
con manteca calentita me han dorado
y en la ventana me han enfriado.
Del abuelito me escapé,
de la abuelita me escapé,
y de ti oso !claro que me escaparé!

Y otra vez se marchó rodando por el camino.
Iba rodando, rodando el bollito y se encontró con una zorra: Buenos días bollito, qué hermoso eres!. El bollito cantó:

En la mesera me han arrebañado,
en la panera me han rebuscado,
con nata de leche me han amasado,
con manteca calentita me han dorado
y en la ventana me han enfriado.
Del abuelito me escapé,
de la abuelita me escapé,
y de ti zorrita !claro que me escaparé!

La zorra le dijo: Ay, que canción más bonita, pero yo oigo tan mal!! Bollito, bollito, salta a mi hociquito y cántamela otra vez pero más alto". El bollito saltó al hocico de la zorra y cantó su canción. "Bollito, bollito, ponte encima de mi lengüecita y cántame otra vez la canción!!" dijo la zorra y sacó la lengua. El bollito se puso de un salto en la lengua de la zorra, y ella -!ham!- se lo comió.

P.S: Este es uno de mis favoritos del libro de cuentos rusos.


Friday, 17 October 2014

Una nueva vida.

Para la mayoría de los cubanos que no han salido nunca de la isla, la vida en el extranjero es algo así como Alicia en el país de las maravillas, la llegada a la tierra prometida. Sueñan con eso cada vez más y llega al punto de convertirse en una obsesión. Y es lógico. El deseo de conocer mundo, de experimentar otras realidades, de mejorar...es encomiable. Aún más si es casi imposible.

No obstante la vida en el extranjero no es el paraíso. No quiere decir esto que sea peor...o mejor.Solo es diferente a lo que has conocido hasta el momento y es entonces que te das cuenta de como te definen cosas tan sencillas como los platos de comida casera que han formado parte de tu vida desde que tienes memoria.

Es maravilloso descubrir un mundo nuevo (y más avanzado). Es algo así como ir de sorpresa en sorpresa. Te encanta todo: los olores, el clima más frío que el de tu tierra, los diferentes acentos que escuchas, la oportunidad tanto tiempo deseada de ponerte un par de botas hasta las rodillas...cosas  así..desde lo más simple a lo más complejo.



Pero cuando pasa el asombro del primer momento empieza la vida real. Entonces un día te sorprendes extrañando el olor del café que tu madre colaba en las mañanas y que llenaba de su aroma la cocina y que no tiene nada que ver con el que ahora tienes que tomar. Ya no te parecen tan agobiantes los 30 grados de temperatura de tu tierra y te encantaría estar en shorts y camiseta por las calles de tu barrio. Y es que echas de menos todo...hasta lo más insignificante: la manera de saludar de tus amigos, las palabras que la gente se cruza de acera a acera, tu comida....Ayyy tu comida!!!!! Cómo la echas en falta incluso en medio de tanta abundancia!!!! Y eso que donde vives hay de todo y de todas partes del mundo...pero la comida de tu madre es única y especial. Te llena el alma a la par que el estómago.



Pones más que nunca las canciones que arroparon tu adolescencia y tu juventud. Es más, entras en un espiral casi autodestructivo de nostalgia. 

Y entonces llega el momento más ansiado: te vas de visita a tu tierra, a ver a tus amigos...a tu familia. Te la pasas en blanco en el avión. No puedes pegar ojo. Encima el viaje es larguísimo...de un extremo al otro del mundo. Y llegaste...ahí estás...en tu Cuba natal.

Es una mezcla tan grande de sentimientos que casi te asfixias. Sientes el golpe de calor de tus 34 grados, los abrazos de tu madre y tus amigas, el olor característico de tu mundo. Es una bendición!!! 

Pero cuando pasan los días te das cuenta que ya no ves las cosas con el mismo prisma. Las calles te parecen más chicas, más descuidadas, aunque no por eso menos queridas. Hay cosas que ya no te resultan normales...te agobia el calor. Y es que tu antiguo mundo no ha cambiado PERO TÚ SÍ. Sin darte cuenta has ido cambiando por fuera y por dentro, inconscientemente has tenido que moldearte a tu nueva realidad y eso ahora te pasa factura. Aunque sigues adorando tu cielo azulísimo, las aguas calientes de tus playas y todo lo que te rodeó siempre, te sorprendes echando de menos ciertas cosas que en tu realidad nueva ni notabas.

Y es que eso es lo más duro de vivir fuera de tu país. Que no eres ni de aquí ni de allá. Eres un extranjero en tu propia tierra.


Y regresas a tu nueva vida..con el corazón partido en dos por los que dejas...con la maleta llena de libros que te acompañaron toda tu vida, de bolsas de café cubano, de barras de dulce de guayaba que no encuentras ni a palos donde vives ahora. 

Y empieza todo otra vez...solo que ahora te sientes más a gusto en tu casa y con lo que te rodea. Tienes que adaptarte por tu bien y  el de quienes viven contigo y dejar tu antigua vida atrás...porque si no te tira cada vez con más fuerza. Por eso, la cubres con un manto de nostalgia y ternura y te permites soñar con la próxima vez que pongas el pie en suelo cubano.

Wednesday, 15 October 2014

Uno de mis amores

Enamorar....palabra difícil. Me quedo pensando en qué escribir...hay tantas cosas: una verde mirada que te traspasa, unas letras al otro lado del chat, unos ojos tristes que le dicen a tu alma más que mil palabras, una canción cantada al aire del Malecón Habanero, un viaje complicado e interminable con final feliz. Cada una una historia merecedora de varias cuartillas. Sumémosle mi hijo que recibe otro tipo de amor, único e inconmesurable...o mi abuelo...mi abuelo de cuentos de hadas. Lo tengo complicado y por eso decidí pensar en las cosas que amo HACER...y eureka!!!! Saltó la historia.
En el año 1997 terminaba mis estudios en el Preuniversitario y la carrera que pude coger fue la de Licenciatura en Pedagogía en la especialidad de Español y Literatura. La carrera no me gustaba para nada. En mis planes no entraba dar clases y soportar a niños malcriados. La especialidad de Literatura sí porque siempre he amado leer y en ocasiones escribir. Ante la duda de si aceptar o no mi padrastro (hombre sabio) me dijo: Mi consejo es que pruebes durante un año, tienes la opción de sacar buenas notas y hacer un cambio de carrera. Si no, pues ya veremos. Pero ahora mismo si eliges no estudiar tendremos que pensar en qué trabajarás porque aquí, en casa, sin hacer nada no te quedas". Buen consejo. El primero de septiembre del año 1997 ponía por primera vez los pies en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pedagógica "Enrique José Varona".

Al principio estaba reacia a todo. Los turnos dobles de 90 minutos me agobiaban, la distancia a la que estaba la Universidad de mi casa era de extremo a extremo de la ciudad y el transporte no es una de las bendiciones de la capital habanera. Por suerte me tocó un claustro de profesores exquisitos, verdaderos genios en sus especialidades por lo que me apliqué a estudiar y hacer el cambio de carrera planificado. A estas alturas no sé que me hizo demorar la decisión y al final del curso, con excelentes notas, exámenes de premio que me avalaban para cualquier otra opción en letras aún seguía allí.

Así llegó mi tercer año. Como hasta el momento no hacíamos prácticas docentes pues era todo la especialidad y eso sí me gustaba. Además dábamos Filosofía e Historia del Arte y me sentía como un pez en el agua. Y así estaba hasta que la carencia de profesores obligó a los estudiantes de tercero a repartir su tiempo en dos: dos días a la semana recibiríamos clases y tres las impartiríamos en una escuela secundaria.

Y allí estaba yo, de profesora en la secundaria donde había estudiado y de colega de mis antiguos profesores. Surrealista al máximo!!!. Me dieron el mejor grupo de 8vo grado, el grado intermedio en la secundaria y el más difícil. Que fueran los mejores estudiantes tenía sus pros y sus contras. La disciplina estaría garantizada pero también la curiosidad extrema y ese querer probar fuerzas con el maestro. Recuerdo que entré al aula muy nerviosa. Cuando aquello contaba yo con 19 años y mis alumnos 13, era pequeña, pesaba 120 libras y estaba pasando por mi etapa hippie de pelo largo y faldas al tobillo. La cara con la que me miraron mis futuros alumnos fue de campeonato: incredulidad, asombro y burla. Hasta que abrí la boca y empecé a hablar. Ahí se quitaron mis miedos y sus miradas incrédulas y en ese momento...en ese instante en que vi la atención en sus ojos, pendientes de cada palabra que decía sentí el flechazo de la vocación y decidí que era eso lo que quería para mi futuro: enseñar. En ese segundo revelador me enamoré perdidamente de mi profesión.

crédito de imagen juventudrebelde.cu

De esos alumnos guardo los más preciados recuerdos por ser los primeros. Hasta a escuelas al campo voluntaria me fui con ellos. Muchos están en mi facebook, otros fueron mis colegas más adelante. Fueron ellos los responsables de que despegara mi amor por la enseñanza.

Después de esos vinieron más estudiantes y por supuesto anécdotas. Una de ellas más bien simpática. En 5to año,  como alumna ayudante, fui escogida para impartirle clases a estudiantes del 4to año de mi carrera. Uno de esos grupos era de ocho mujeres, bibliotecarias, de entre 45 y 55 años de edad. Se pueden imaginar cuando me vieron entrar a la clase por primera vez...con solo 21 añitos. Me miraron, algunas con la boca abierta y una de ellas me preguntó: Y tú eres la maestra? Respiré profundo y contesté: No...la pregunta correcta es: Ud es la maestra? Y sí, lo soy...y empezamos la clase.

A los años de eso cuando me encontraba con alguna de ellas por la calle y me llamaban "profe" las personas alrededor miraban extrañadas porque creían que algo iba mal..que las edades no coincidían.

Esta es la síntesis de mi historia del amor por el magisterio. Puedo resumirlo fácilmente: luego de "mamá" la palabra con la que más me gusta que me llamen es "profesora".